lunes, 13 de abril de 2015

Tu voz en la garganta

Tengo un nudo en la garganta... otra vez sin poder decir, solo que ahora no va a ocurrir como tantas veces, que tus palabras vengan tan a la medida de lo que siento y pienso que parezcan hechas para mi.

Seguro estoy exagerando. Vas a seguir diciendo, iluminando, denunciando cuanta injusticia detectes. Y sobre todo, vas a seguir seduciendo, incomodando, pintando con las palabras, haciéndolas mías otra vez.

Especialmente van a seguir gritando tus cuentos para despertar, cuentos que delatan otros cuentos, esos que nos quieren dormiditos y consumiendo, soñando y produciendo.

Pero ¿de qué me quejo?, si hace tiempo que disfruto de algo inédito en mis lecturas: cuando te leo, te escucho. No metafóricamente. Escucho tu voz, con tus pausas, con tus tonos, con tu mirada. Estoy seguro que no soy el único al que le pasa esto. Y creo que eso es lo que haces mejor: darnos tu voz.

Es más, si te descuidas hasta te robo ese chanchito con el que firmas.

No tengo frases para citar en este momento. Solo un recuerdo, con tu voz obvio, sobre aquella ventana sobre la memoria, solo que ahora el alfarero que se retira sos vos, y nos dejas tantas piezas lindas que ni ganas de estrellarlas contra el piso tenemos... pero la tradición manda y como tan bien la pintaste, eso es la memoria: pedacitos de las piezas fundamentales mezcladas en la propia arcilla.



4 comentarios:

  1. Me pasa exactamente lo mismos desde hace mucho con Eduardo. Gracias por recordarme que su voz no va a callar nunca más.

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    1. Que bueno Facu, y que lindo que podamos seguir escuchándolo, haciéndolo escuchar y por qué no, poniendo en actos alguna de sus luchas.

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  2. Excelente tu manera de describir lo que sentimos cuando leemos a Eduardo. Gracias Toki!

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    1. Gracias a vos por recomendarme tanto Patas Arriba! Desde aquel entonces varias veces intercambiamos textos y opiniones sobre la combinación entre certeza y belleza de la pluma de Galeano. Todavía queda!
      Yo estuve luchando todo el día con el impulso de pretender aunque sea una expresión mínima de justicia en las elecciones de la parca... sobre todo cuando se manifiesta tan caprichosa dejando vivos a tantos hijos de puta, a tantos tipos con olor a mierda y sangre... y a tanto loro... en fin, casi que da para un apéndice de Patas Arriba los manotazos de la pálida dama...

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